El mal de las marcas locas

Con su capacidad para generar contenidos, personalizar experiencias y automatizar procesos, la IA promete revolucionar la forma en que las marcas interactúan con sus audiencias. Sin embargo, como toda tecnología poderosa, su uso excesivo o descontrolado puede tener efectos nocivos. Las marcas que no logren encontrar un equilibrio entre la IA y la humanidad corren el riesgo de parecer realmente desequilibradas, lunáticas, desconectadas de la realidad…

¿Por qué las marcas pueden parecer locas?

• Demasiada IA: los mensajes y contenidos pueden volverse mecánicos, repetitivos e impersonales. El resultado es una marca que pierde su humanidad, creando la sensación de que está desconectada emocionalmente de su audiencia.
• Demasiada humanidad sin tecnología: Por el contrario, aquellas marcas que rechazan la IA y dependan únicamente de procesos manuales parecerán lentas, ineficaces y desfasadas frente a competidores más ágiles.

Pero lo peor de todo será dejarse llevar por la creatividad de la IA. Puede generar ideas rápidamente, pero no están contextualizadas, resultan impredecibles, sin sensibilidad y coherencia.

Y, precisamente, la creatividad va a resultar fundamental a partir ahora. La IA va a democratizar la generación de contenido, pero también hará más difícil sobresalir. Las marcas que no trabajen su creatividad, que no se esfuercen por conectar emocionalmente, irán desapareciendo, poco a poco, del interés y la memoria de sus consumidores/as.

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